Presentadores: Rafael Hastings y Augusto Del Valle

Palabras de Augusto Del Valle Cárdenas sobre el libro “Huacas del Viento”

Huacas del viento es un libro que integra poesía, pintura y fotografía. Asimismo, es un libro que, sobre todo, apela a más de una experiencia que, de una manera cualitativa, invita a participar.  El mismo nombre del libro reúne dos elementos que señalan de manera diferente, hacia direcciones acaso distintas, pero complementarias: la palabra Huaca refiere hacia lo sagrado, mientras el viento recoge dicho impulso para hacer que se mueva y surja de pronto en algún aspecto sonoro.

La Huaca o el Huaca, es también sujeto, un sujeto cuya antigua presencia supone respeto. Cada registro, apunta hacia algún rasgo de dicha presencia: la poesía se recorta sobre el silencio, la pintura da movimiento al color, la fotografía documenta el paisaje de Paracas, en palabras de Manongo y Pauline: “El desierto nos llama a Escuchar el Paisaje, a sentir en lo más hondo de nuestra alma que el privilegio de des-cubrir este Rostro Oculto, requiere de mucho respeto. El Paracas desconocido lo hemos ido descubriendo gradualmente como quien escucha una música ancestral desde el fondo del abismo…”.

Observar el paisaje en las fotografías, en este caso, supone acercarse a varias líneas divisorias. Para empezar, la línea de horizonte. Una que sigue el movimiento que dibuja el límite entre la tierra y el cielo, pero también entre ambos y algunas zonas de movimiento, el emplazamiento de huellas y dunas, piedras y arena. La pintura, por su lado, convierte estos límites en ritmo y color; en atmósferas que sugieren silencio e introspección. Las palabras apenas nombran lo que puede ser inmovilizado. El libro nos reta a seguir estas tres vías, estos tres caminos, un exterior que busca un eco interior en cada uno de nosotros.

Y así, mientras la fotografía nos orienta no solo a fijar líneas más estáticas sino también a observar la piel del paisaje, el día y la noche, la luz y la sombra; la pintura desdobla estas formas para sugerir sonido y silencio, destellos, epifanía. Hay, implícito, en este libro, una idea de tiempo. Si la Huaca o el Huaca da nombre a lo antiguo y ancestral, a lo que permanece y a lo que ha seguido siendo, también se lo da al abismo, a la noche de los orígenes. Acercase a este libro es como, llevando el tiempo de la ciudad dentro de nosotros, apuntar hacia lo que permanece.

Si por un momento uno se remite a la historia de la pintura peruana, permanece sin explicación aquella pintura del desierto y de Paracas, concretamente, aquella que surge desde las décadas de 1950 y 1960, con consecuencias en los años siguientes y como una búsqueda de diálogo intercultural. Desde el mar Mediterráneo, Jorge Eduardo Eielson le pide a sus amigos que le envíen arena proveniente del Paisaje infinito de la costa del Perú y también algo de su ropa. Pero el desierto, a modo de collage de Eielson, es apenas un recuerdo. Una memoria apenas intermitente. Desde luego, no olvido a Reynaldo Luza, con otro punto de vista que se asimila a quien camina y contempla múltiples entidades y tampoco a Regina Aprijaskis, con su bella serie Paracas, en la que junta pintura figurativa con pintura abstracta. Precisamente, allí donde la línea de horizonte divide el cielo del agua. Y esto para citar solo a tres de mis artistas preferidos.

Al regresar al libro de Manongo y Pauline, a este otro diálogo entre poesía, pintura y fotografía, asumimos un ritmo que página a página éste nos propone. Un ritmo para escuchar. Un hallazgo de un tiempo cualitativo a manera de un estado de conciencia o de la anulación de la conciencia. Una mirada que integra el todo de la naturaleza en la finitud de una experiencia. La expresión individual cede su paso, entonces, a la calma. Retrocede el tiempo de la urgencia y en su reemplazo el ruido desaparece. Entonces apenas se asoma algún hallazgo. Gracias desierto.

Pauline Barberi

Artista visual, diseñadora y fotógrafa. Estudió en Madrid donde desarrolla una investigación sobre la pintura renacentista. Su proceso creativo la lleva a estudiar el claro oscuro pictórico y las texturas para luego incorporarlas al arte fotográfico. Participa en la agrupación Sol Perú dirigida por el compositor y pianista Arturo Ruiz del Pozo en calidad de cantante. Viene desarrollando un trabajo importante en el desarrollo de propuestas visuales para la música experimental en vivo de Manongo Mujica. Destacan además sus carátulas, afiches y empaques de discos: Ceremonia para Nadie, Maya Sonora y Huaca Sonora de Manongo Mujica; Aeólico de Mariano Zuzunaga y Poemas Instantáneos de Martin Joseph. En 2018 presentó una muestra bipersonal sobre sus últimos trabajos fotográficos que tituló La Impermanencia. Diseñó también un libro para niños titulado Salvador, el que Veía lo que Escuchaba. En los últimos 20 años, su trabajo silencioso ha estado avocado a registrar de manera sistemática el desierto de Paracas.

Manongo Mujica

Percusionista, compositor y artista visual. Estudió en Viena con Klaus Stein e integró el grupo de rock Los Mads, con quienes grabó en el estudio de los Rolling Stones en Londres. Colabora con diferentes artistas entre ellos, Susana Baca, Enrique Pinilla, Rafael Hastings, Omar Aramayo y Arturo Ruiz del Pozo (Nocturno), Douglas Tarnawiecki (Paisajes Sonoros) y Chocolate Algendones. Funda Perujazz, grupo emblemático del jazz peruano. Graba álbumes: Mundos (1989), Canto a Bernardo (1992), Tribal (1996), El Sonido de los Dioses (2004) y Cambio de Piel (2012). Presenta obra Zona Neblina: el Sonido de los Sueños (1990). En 2011 presenta su primer largometraje, la película experimental Autorretrato Sonoro, un homenaje al desierto peruano. Sus trabajos más recientes incluyen Huaca Sonora (2015), recopilación destacada en la revista británica Wire y Maya Sonora (2016) con la batería como protagonista invitándonos a abrir una dimensión sonora hacia “lo inaudible”.  Su constante búsqueda de sonidos, desde nativos hasta electrónicos lo ha llevado a componer música incluso desde el silencio. Es uno de los más representativos improvisadores de percusión e importante artista avant-garde del Perú desde los 60’s a la actualidad.

Este libro es el resultado de muchos años de búsqueda tanto en solitario como compartida de adentrarnos a lo Desconocido…

La belleza del Desierto de Paracas alcanza a veces un clímax de Epifanía tal, que para hacer posible esta experiencia tenemos que aprender a entregarnos.

Algo que hemos aprendido a lo largo de este proceso es que esta calidad de paisaje te llama a estar en un estado de silencio permanente, desde el cual la poesía se hace presente.

Estas imágenes son finalmente el espejo exterior de un lugar interior.

Es por todo lo recibido a lo largo de muchos años de vivir experiencias en el interior del desierto,que sentimos la profunda necesidad de devolverle al Paisaje Sagrado de Paracas un libro abierto que sirva de guía a otros que también estén buscando la belleza esencial.

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Ficha técnica

• Primera edición: agosto 2019
• Número de páginas: 248
• Dimensiones: 33.00 x 22.50 cm
• 50 fotografías y pinturas impresas en papel Cyclus Offset 150g FSC – 100% reciclado.
• Impresión a 5 colores.
• Portada en tapa dura de cartón Kappa de 2.5 mm.
• Estuche con forro de tela y repujado.
• Tiraje: 950 unidades
• Diseñado por Arturo Higa Taira.
• ISBN: 978-612-48077-0-1
• Hecho del depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú No. 2019-09944.

El Comercio – Edición Impresa

No Hay Derecho – Glatzer Tuesta 

El Comercio – Edición Impresa

El Comercio (Edición web)

La Mula.pe 

Andina – El Peruano

Usil TV

Diario Uno – Online

Diario Uno – Edición Impresa

El desierto nos llama a escuchar el paisaje, a sentir en lo más hondo de nuestra alma que el privilegio de des-cubrir este Rostro oculto, requiere de mucho respeto. el paracas desconocido lo hemos ido descubriendo gradualmente como quien escucha una música ancestral desde el fondo del abismo… 

Este trabajo fotográfico y pictórico trata de contar una historia visual imposible: el re-crear desde la ficción una visión compartida y secreta de un mundo que se abre como un mito de origen, anterior a lo humano… 

La paradoja de estas imágenes es que están apoyadas en la fuerza efímera del viento y la luz. llegamos a un lugar, preparamos todo lo necesario para captar su atmósfera, su magia. Volvemos al día siguiente: ese lugar ya no existe. el viento y la luz transforman el paisaje a cada instante… lo que ves en un momento ya dejó de existir en otro. Y lo mismo sucede con nosotros. somos transformados por la experiencia de saber que nada nos pertenece, y al igual que estas imágenes, lo que ayer vimos con asombro hoy solo existe en nuestras fotografías y pinturas.

Paisajes de absoluta inmovilidad, de nieblas, de sombras, de abismos épicos, de viento, de misterio metafísico insondable, de dramas y noches imborrables, de sueños y visiones remotas, nos transmiten desde el rumor del paraíso, música silente. 

Huacas del Viento nace de la necesidad de hacer un pago al desierto, con un trabajo que revele su espíritu Vital.